Las grandes olvidadas, cuando se trata de memorias de sostenibilidad y responsabilidad social, son las pymes y micropymes. Existe una falsa creencia de que las memorias son solo para las grandes empresas. Sin embargo, es el compromiso de la empresa con sus grupos de interés y no su tamaño lo que determina la necesidad de elaborar una memoria de sostenibilidad y responsabilidad social. Y esto es clave para cualquier empresa.
Muchas pymes consideran que, debido a su tamaño reducido, tienen más facilidad para mantener una relación más directa con sus principales grupos de interés y, por este motivo, consideran innecesario publicar una memoria. Además, cuanto más pequeña es la empresa, más esfuerzo supone su elaboración y, seguramente para un público mucho más reducido.
Como por su naturaleza, las pymes tienen sus recursos limitados, deben emplearlos en actividades más productivas. Entonces, ¿realmente merece la pena que una pyme publique una memoria de sostenibilidad? Para cualquier organización elaborar una buena memoria de sostenibilidad requiere dedicación y esfuerzo, pero, lo primero, es tener claro por qué hacerla.
Mientras para algunas grandes empresas la principal motivación podría ser porque los competidores lo hacen o hay alguna normativa para cumplir, esto no es así para las pymes. Además, cuando este es el motivo para una empresa grande, la memoria resultante no suele ser buena. Para cualquier organización, sin importar su tamaño ni su actividad, el principal motivo para elaborar una memoria debería ser, como parte de su estrategia de sostenibilidad, una forma de demostrar y realzar su compromiso real con sus grupos de interés.
Dicho esto, es muy importante recordar que cualquier organización está en continuo diálogo con sus grupos de interés y una memoria no lo sustituye, sino que es una herramienta excelente para reforzarlo. En el caso de las grandes empresas, quizás es más fácil entender como un informe anual puede ayudar, pero en el caso de una pyme, ¿es necesario? ¿aporta algo?
En primer lugar, depende del grado en que la memoria de sostenibilidad pueda ayudar a realzar la relación de la empresa con sus grupos de interés. Habrá pymes que en su día a día mantengan una relación muy estrecha y de confianza con muchos de sus interlocutores, pero hay muchas que esta relación es más distante y menos frecuente, en cuyo caso una memoria puede ayudar a fortalecer esta relación y su compromiso con ellos.
En segundo lugar, el propio ejercicio de elaboración de una memoria obliga a la pyme a reflexionar sobre su desempeño en sostenibilidad y a fijar objetivos, un ejercicio poco común en muchas pymes enfocadas en el día a día. Solo por eso ya merece la pena. Además, como documento público, sirve para demostrar un grado de transparencia poco común que solo puede generar confianza con sus grupos de interés más importantes.
Por todo lo anterior, aunque elaborar una memoria de sostenibilidad es una práctica poco extendida entre pymes y microempresas, para aquellas que estén realmente comprometidas con la sostenibilidad, se trata de un ejercicio que aporta valor y merece la pena. Además, puede ser muy útil para empresas B Corps, que están asumiendo un compromiso.
*Artículo publicado en el Monográfico de Comunicación Responsable de Corresponsables.